En una fobia la emoción que la motiva
es el miedo… y se acusa de homofobia a toda persona que no respalde o no se
manifieste a favor de la homosexualidad.
Antes de ahondar en el tema baste dejar
asentado que al acudir a un buscador en internet para verificar los diversos
matices de la palabra homofobia se ha podido constatar que el término fue
rápidamente localizado y coloreado. La palabra homofobia parece tener colores
de arcoíris. No se diga si colocamos la búsqueda de “homofobia como bandera”,
ya no queda nada a la imaginación ni a la especulación. ver más en Diócesis de Celaya
En cuanto a la definición, el término homofobia
no debe confundirse con el prefijo en latín, homo, que significa ‘hombre’. Este
neologismo combina las palabras griegas fobia (‘miedo’, ‘rechazo’), con homo, que es una contracción de «homosexual» (‘sexo
con lo igual’), formado por el prefijo griego homo (‘igual’) y sexual. Por lo
que el significado más común y corriente es ‘fobia a la homosexualidad’.
En el sentido de fobia a la homosexualidad, la
palabra fue utilizada por primera vez, en 1971 por el psicólogo estadounidense
George Weinberg. Podemos entender pues que homofobia es el término utilizado
para describir el rechazo, miedo, repudio, prejuicio o discriminación hacia
quienes se reconocen a sí mismos como homosexuales. Sin embargo cabe destacar
que la homofobia carece de una definición precisa, ya que no se trata de un
concepto con alcances estrictamente psiquiátricos. Hoy día, parece que, se
define o acusa de homofobia a toda persona que no respalde o no se manifieste a
favor de la homosexualidad.
Curiosamente la “homofobia” no es precisamente
una “fobia”. En una fobia la emoción principal que la motiva es el miedo. Así
quien tiene miedo a las alturas, se aleja de la posibilidad de ponerse en esa
situación, quien tiene miedo a la oscuridad duerme con la luz encendida, quien
tiene miedo a los insectos no busca mascotas de esa categoría. Mientras que en
la homofobia es motivada por el odio y hace referencia a la discriminación, al
rechazo o a la persecución de las personas
Hay que señalar que en México, la
homosexualidad no está penalizada, no existe en todo el cuerpo de leyes que
componen la legislación un solo artículo o apartado que vuelva ilegales las
prácticas homosexuales. En el mundo
existen más de sesenta países en los cuales ser homosexual es ilegal y está
condenado con penas de cárcel, (Argelia, Camerún, Egipto, Trinidad y Tobago,
India, Tanzania, por decir algunos). En otros países, la homosexualidad no solo
es ilegal sino además se castiga con pena de muerte, aunque hay que señalar que
algunos de ellos no muestran evidencia de que haya sido aplicada. Pero, en
México ¿cuál es la razón para pretender
reformas constitucionales, inventando derechos inexistentes? Todo persona,
independientemente de sus preferencias, goza de los plenos derechos humanos y
nada más que de eso. Nadie puede agregar un derecho adicional “como derecho
humano” solo por tener una u otra preferencia.
El catecismo de la Iglesia Católica afirma,
respecto de personas que presentan tendencias homosexuales, “Deben ser acogidos
con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo
de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad
de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del
Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición” (No. 2358)
¿Cuán es la razón para acusar a la Iglesia o a los hombres de Iglesia de
“homofobia” cuando invita a vivir virtudes de dominio de sí mismo y a educar la
libertad interior?
La homofobia ha sido una bandera bajo la que se
encubren pretensiones de victimizar la condición homosexual, ganando con ello el
favor de la opinión pública, una vez victimizado, exigir tolerancia y una vez
conquistada esta, rechazar intolerantemente a toda persona o institución que no
respalde o no se manifieste a favor de la homosexualidad. En España, por ejemplo, en Getafe, El lobby
gay acusó a “la jerarquía eclesial” de mostrar “formas de odio” que “no deben
ser permitidas, aceptadas ni toleradas”.
Existe un dicho muy mexicano y mundialmente
reconocido “cuando veas a tu vecino rasurar, pon tus barbas a remojar”. Hoy
podemos ver que bajo la bandera de la homofobia muchos obispos y sacerdotes son
acusados y procesados por no manifestarse a favor de la homosexualidad. En
España (el ayuntamiento de Getafe) aprobó un manifiesto redactado por el lobby
gay en la región, según el cual hombres blancos, heterosexuales, jóvenes,
delgados, católicos o de clase media o alta, están en la cima de la “pirámide
social de la discriminación” contra los homosexuales.
De continuar el rumbo que la agenda del lobby
gay va proponiendo para el país, llegaría a dictaminarse ciudadanos de segunda
clase, con sus derechos aminorados, y solo por ser heterosexuales, o católicos,
de cierta clase social. ¿Quizás convenga permanecer en el país de nunca jamás?
Ah, Recuerde que en el País de Nunca
Jamás los niños no crecen y viven sin ninguna regla ni responsabilidad,
pasando así la mayor parte del tiempo divirtiéndose y viviendo aventuras. Bueno
fuera!!!
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